Sandrine

¿Qué fue de la loca Sandrine?
Ella, con todas sus medallas del Congreso en la repisa, con todas esas brillantes colaboraciones con gobiernos de derechas y menos derechas, ¿qué le había pasado?
Conoció, paseó, besó, quiso y amó en demasiado poco tiempo, como sólo pueden hacerlo los no cuerdos, y eso perdió, la poca cordura que le quedaba. Hasta persiguió manojos de humo por fríos países, sin una moneda que llevarse a la boca, sin un soplo que inflara sus velas, sin aire para suflar lo poco de real que albergaba.
Todo eso (la cordura, su exquisita educación, la igualdad-libertad-fraternidad de su bandera, su sonrisa) quedó en las medallas que guardaba ya en la maleta, de un lado para otro sin encontrar al amor.

Eso me contaron un día de la pobre Sandrine.