Volando vengo
y la envidia me invade porque te tiene consigo y a mí no te trae. Siento que vuelo y estoy en el aire y tú eres un lago y yo un ánade.
Somos girasoles en la mediana, cascarones sin deriva alguna.
¿Porque cómo olvidar lo que amamos algún día? ¿Olvidan acaso las velas de los barcos al viento?
y la envidia me invade porque te tiene consigo y a mí no te trae. Siento que vuelo y estoy en el aire y tú eres un lago y yo un ánade.
Transcripción del relato de mi abuela sobre la guerra… (Fragmento)
Primera parte Las iglesias se volvían a llenar. Ni los propios neocristianos podían explicar aquella situación… ¿O en realidad no querían explicarla? Ocurrió aquel entonces, que tras una guerra feroz contra musulmanes y luego de que los pocos judíos que había, también se hubieran marchado, aquel gran trozo de tierra que les pertenecía necesitaba ponerse … Sigue leyendo El principio del fin
Se deslizó con suavidad, como la cuchara arrastrando al helado, así salió de la cama, con los bordes derretidos . No quiso hacer mucho ruido al ponerse los pantalones, ni se sentó al borde de la cama para ponerse los zapatos. No encendió la luz para agarrar el pomo porque lo conocía desde hace años, … Sigue leyendo Ninja
Un corazón esparcido, un cuore con sístole y diáspora, los latidos todos desparramados, garum visceral en un ánfora. Las pipas de leche naciéndole al limón pequeño, todavía amarillo y verde a la vera del huerto.
Atropellados revolotean, súbitos en sus idas y venidas en el aire hacia la tierra, suben, bajan, centellean, que la sangre se la dan las partidas y ensombrece sus escamas la guerra. Ven círculos, estaciones, los billetes tristes del tren al alegre borde de la mañana, huelen los pliegues, notificaciones, huyen, lastiman y convergen allá donde … Sigue leyendo Documento sin título
Se vuelven los campos de terciopelo al soplo de la brisa. Se vuelven de oro, plumas de ave fénix las espigas. El hombre aguarda como Ceres: el uno, la intermitente llovizna, la otra, la primavera con la vuelta de Proserpina. De ella fue que nos alimentamos, de sus manos a las nuestras se vino la … Sigue leyendo Pan
No era invierno todavía, no había llegado la nieve a su amado pequeño país del chocolate. Es verdad que hacía frío, pero no lo suficiente para él. Sin embargo era todo hielo, un témpano de carne y hueso que ansiaba huir. Era frío y arrepentimiento su sangre, y quería dejar en casa todo eso, coger … Sigue leyendo Zermatt
Estaba diluviando esa tarde. Anochecía y ya era negro el cielo. Afortunadamente no hacía mucho frío, sólo tenía la ropa mojada, y cada vez lo notaba menos. Pasaron tres camiones de bomberos, y en la distancia se oyó un perro aullando. No era un aullido normal, era más que lastimero, era doloroso, como si el … Sigue leyendo La parada